Murió Miguel Ángel Estrella, destacado pianista tucumano y ex embajador ante la UNESCO

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El artista debió exiliarse durante la última dictadura militar en Francia, donde fue distinguido como Caballero de la Legión de Honor.

Miguel Ángel Estrella, destacado concertista argentino y ex embajador en la UNESCO bajo el gobierno kirchnerista, murió este jueves a los 81 años, al amanecer en París. Actualmente dirigía la Casa Argentina, un alojamiento para los estudiantes y graduados en la Ciudad Universitaria francesa.

Miguel Angel Estrella había nacido el 4 de julio de 1940 en San Miguel de Tucumán y practicaba al menos seis horas diarias el piano. Sus mentores fueron Celia de Bronstein, Erwin Keuchter y Nadia Boulanger.

Se instaló en Paris en 1980, a donde había viajado antes en su juventud a estudiar . Fue un gran amigo del partido socialista y de la primera dama, Danielle Mitterrand, a quien le presentó a la entonces primera dama Cristina Kirchner en la capital francesa.

En el 2003 fue nominado embajador argentino en la UNESCO. En el 2009 fue miembro del jurado del Tribunal Russell sobre Palestina. Fue nominado Caballero de la Legión de Honor en Francia y en el 2013 el senado argentino lo distinguió por su carrera y su defensa de los derechos humanos.

En el 2014 recibió el premio Danielle Mitterrand de la Fundación France Libertés. Con su tradición de hospitalidad libanesa y su solidaridad tucumana, la casa del maestro Estrella en París fue un lugar de todos, en un barrio popular, invitados al “puchero”. Se nacionalizó francés y siguió con su campaña para acceder con la música al mundo.

Creó la Orquesta de la Paz, compuesta de músicos musulmanes , cristianos y judíos y recibió el premio Nansen en el 2000. “Yo me siento en casa en Argentina. Me siento en casa en Francia. Es un lujo. Me siento rico de pertenecer a ambas culturas”, reconoció Estrella.

En los últimos tiempos, Estrella estaba enfermo y no podía practicar el piano todas las horas que le hubiese gustado.

Pianista, tucumano, hijo de libaneses emigrados a la Argentina, comprometido con los derechos humanos, tuvo que partir al exilio en 1976 durante la dictadura militar uruguaya porque fue detenido y brutalmente torturado en un centro clandestino.

Llegó a Paris con la ayuda de Yves Haguenauer, que “reunió a los más grandes artistas del siglo y me salvó la vida” como describía Estrella. Hubo una gran campaña internacional para liberarlo. Con él se asoció a Música Esperanza, su proyecto global “para poner la música al servicio de la comunidad humana y la dignidad de la persona, de defender los derechos de los artistas, especialmente los jóvenes, y de trabajar para construir la paz”. Música Esperanza fue reconocida por la UNESCO.

Yves llegó a Montevideo para salvar a Miguel Ángel y repartía sus casetes al público y a grandes artistas, que no lo conocían pero participaron en su salvación. En su prisión clandestina practicaba con un teclado mudo.

“Ha desaparecido el más grande entre los jóvenes pianistas. Se lo llevaron porque su opción eran los pobres”, argumentaba Yves y sumaba presión sobre las dictaduras uruguaya y argentina.

Miguel Ángel había sido víctima del siniestro Plan Cóndor de coordinación represiva en América Latina. Y lo salvó. Pidieron por él los grandes músicos del mundo: Yehudi Menuhin, su maestra Nadia Boulanger y Henri Dutilleux, entre otros. Lo trajo a Paris, donde murió este jueves. Tuvo que trabajar mucho para salvar sus manos destruidas por los torturadores.

“Tuvimos una relación entrañable. Tocabamos a cuatro manos temas de Beethoven y Mozart. Discutíamos a veces por mi condición de peronista, porque él creía en las versiones que lo comparaban con el fascismo o el estalinismo. Yo le pedía: ”No lo creas”. Pero luego cooperaba conmigo en cuando emprendimiento surgía”, contó Estrella.

 

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