Esta fotografía es una de las más icónicas del famoso ataque terrorista en Estados Unidos aquel 11 de septiembre de 2001.
El 11 de septiembre de 2001 se convirtió en una fecha recordada en todo el mundo por el ataque terrorista con las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York como el objetivo, que se cobró la vida de casi tres mil personas.
La noticia recorrió todo el globo y tuvo tal impacto que se sigue recordando todos los años. Asimismo, muchas personas presentes lograron capturar la tragedia. Entre ellos estaba Richard Drew, un fotógrafo que capturó a un hombre cayendo desde una de las torres, una imagen que simboliza la desesperación ante el devastador hecho.
La historia de «The Falling Man», la foto que captura el horror vivido el 11 de septiembre de 2001
Por aquella época, Drew trabajaba para la revista Time y se encontraba por el área del Times Square. Pero cuando se enteró del hecho, decidió viajar de inmediato hacia el World Trade Center para lograr conseguir postales del horroroso atentado. Cuando subió del subte vio las torres en llamas y comprendió la magnitud del hecho.
Espanto y desesperación, llamas y escombros. Drew sacó su cámara y logró sacar tomar varias fotos, entre las que destaca una con un hombre en caída libre desde una de las torres. Bautizada como «The Falling Man», la fotografía tomada a las 9:41 captura a una persona cayendo desde una gran altura, justo cuando los edificios ardían. La misma fue descriptiva del estado generalizado que se vivió en esas horas, y de la respuesta humana ante semejante tragedia.
Sin embargo, no se había podido conocer la identidad de aquel hombre. De ahí se desplegaron dos teorías. Una, que se trataba de Norberto Hernández, un chef que trabajaba en el restaurante Windows of the World, ubicado en el piso 106 de la Torre Norte. A pesar de que sus familiares creían que se trataba de él, un análisis exhaustivo de la ropa del sujeto desmintió esta posibilidad.
Por otra parte, el periodista Tom Junod identificó al hombre en la fotografía como Jonathan Briley, un técnico de audio de 43 años, que trabajaba en el mismo restaurante que trabajaba en la Torre Norte. Su descripción -piel ligeramente oscura, con más de seis pies y medio de altura, un bigote y pelo corto- coincidía con las del hombre en la foto.
Finalmente, fue el padre de Briley quien organizó una búsqueda por su hijo, cuyo cuerpo terminó apareciendo, sorprendentemente en un gran estado. Su hermano menor, Timothy, identificó a Jonathan, luego de ser hallado por el FBI. Esto fue porque llevaba unas botas negras, que rápidamente reconoció. Como recuerdo de su hermano, se llevó una a su casa.
